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¿QUÉ ES LA ESPALDA?

Los músculos



Las vértebras se mantienen alineadas gracias a los ligamentos y los músculos. Los ligamentos son verdaderas cuerdas que sujetan las vértebras en su lugar. Cuando un ligamento se lesiona, se habla de “esguince”. También los músculos contribuyen a mantener sujetas las vértebras y, al contraerse, permiten que la columna se mueva. Diversos reflejos nerviosos permiten coordinar la contracción de los músculos de la columna para que el individuo pueda adoptar distintas posturas y movimientos manteniendo el equilibrio y sin caerse. De hecho, la musculatura de la columna se contrae en muchos movimientos en los que no participa directamente, pero en los que es necesario que compense el desequilibrio que causan. De ahí que mantener una postura de ese tipo cierto tiempo, especialmente sin apoyar la espalda, suponga un esfuerzo importante para la musculatura de la columna y pueda conllevar su contractura. Pero la musculatura de la espalda es muy potente y la columna vertebral una estructura muy resistente. Si la musculatura se mantiene activa y entrenada, puede soportar sin problemas muchos esfuerzos y sobrecargas.



​Los principales grupos musculares que participan en la estática de la columna vertebral y permiten su movilidad son el psoas, los glúteos, los músculos paravertebrales y los abdominales. Estos grupos musculares se coordinan entre sí manteniendo la columna estable en distintas posturas, del mismo modo que lo hacen las cuerdas opuestas que sujetan el mástil de un barco.

 

¿Cómo es la espalda?



• El psoas  se extiende desde la parte anterior del muslo hasta la pelvis, insertándose en las últimas seis vértebras.



  • Al contraerse, el psoas aproxima la pierna y las vértebras por delante, hasta hacer que se toquen el pecho y la rodilla.
  •  Los glúteos forman las nalgas. Contribuyen a mantener estable la pelvis, aportando un punto de apoyo firme para la columna.  
  •  Los abdominales se extienden desde la parte inferior de las costillas hasta la parte superior de la pelvis, protegiendo los órganos internos.
  • Al contraerse, los músculos abdominales tienden a acercar las costillas a la pelvis frontalmente, doblando la columna hacia adelante. Cuando están contraídos al máximo, permiten una curvatura hacia adelante de unos 30 grados.
  • La musculatura lateral recibe otro nombre (músculos transverso y oblicuos -mayor y menor-). Se extiende lateralmente desde las costillas hasta la pelvis y, al contraerse, permite que giren las caderas sin mover los hombros, o inclinarse lateralmente.
  • Los músculos paravertebrales se extienden por toda la parte posterior del tronco, uniendo por detrás la parte inferior de las costillas con la pelvis y las vértebras entre sí. Al contraerse hacen que se aproximen las “colas” (apófisis espinosas) de las vértebras,  tendiendo a erguir el tronco y arquearlo hacia atrás.

La musculatura lateral recibe otro nombre (músculos transverso y oblicuos -mayor y menor-).  Se extiende lateralmente desde las costillas hasta la pelvis y, al contraerse, permite que giren las caderas sin mover los hombros, o inclinarse lateralmente.


Los músculos paravertebrales se extienden por toda la parte posterior del tronco, uniendo por detrás la parte inferior de las costillas con la pelvis y las vértebras entre sí. Al contraerse hacen que se aproximen las “colas” (apófisis espinosas) de las vértebras,  tendiendo a erguir el tronco y arquearlo hacia atrás.

¿Porqué duele la espalda?

A veces por patologías como escoliosis especialmente deformantes o casos muy concretos de hernia discal, pero en la mayoría de los enfermos, aunque también existan esas alteraciones, no son las verdaderas causantes de las molestias. De hecho, está demostrado que en los problemas mecánicos de la columna no hay relación entre los resultados de la radiografía y la existencia o no de dolor; que casi las tres cuartas partes  de la población  tiene cierto grado de desviación de la columna  vertebral sin que eso  le haga más propicia a sufrir dolores de espalda;  y que la intervención quirúrgica sólo está indicada en aproximadamente el 5% de los pacientes con hernia discal. 

 

En realidad, hoy en día se sabe que la inflamación y la sobrecarga muscular juegan un papel  muy importante en el dolor de espalda, ya que incluso en los casos en que existe algún tipo de enfermedad como las anteriormente mencionadas, la inflamación o la contractura de la musculatura son las que desencadenan o agravan o prolongan las crisis dolorosas.


Cuando es liberada, pone en marcha los mecanismos que causan el dolor, la inflamación y la contractura muscular. Se ha demostrado que la existencia del dolor  de espalda se correlaciona mejor con la liberación de SP que con la existencia de eventuales alteraciones de la estructura de la columna vertebral, como las detectables por radiología

En los últimos años, se han ido conociendo mejor los mecanismos implicados en el dolor, la inflamación y la contractura muscular. Estos mecanismos se potencian entre sí y desencadenan la mayoría de los episodios de dolor de espalda.  Hoy en día se sabe que esos episodios se deben esencialmente a la acción de unas sustancias liberadas por las fibras nerviosas finas. La más conocida de estas sustancias es la denominada Sustancia P (SP).

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